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DECLARACIÓN DE ARTISTA

Intentaré en esta Declaración de artista, explicar la intención y el propósito de mi arte, lo que se piensa sobre mi como artista, lo que me mantiene motivado todos los días, mi historia como artista, las preguntas que me hacen a menudo sobre mi trabajo y cuál es mi audiencia. Existe cierto consenso en reconocer que mi pintura es contemporánea neofigurativa o surrealista con universos figurativos propios. Yo prefiero decir, que es pintura de mi época, de nuevas formas de expresión artísticas, de innovación de sus lenguajes y perspectivas, que plantea temas de mi tiempo, de la vida cotidiana moderna y de mi propia vida, que por muy insignificantes que parezcan, simbolizan la capacidad del hombre de conectarse con su dimensión espiritual.

Mis obras, expresan compromiso e identidad; proponen una estética de carácter revolucionario y un lenguaje visual evolucionado, probablemente inédito en la práctica artística posmoderna o contemporánea en mi país. En ellas uno cuerpos de colores y formas orgánicas, en una fusión de figuración y abstracción, dos visiones diferentes de la realidad humana, pero en ningún caso opuestas porque anularían la capacidad expresiva y, por tanto, artística del Arte abstracto. No es lo descriptivo lo que confiere gran significación a mis obras de arte, sino la expresión que habita en sus formas, que viene de mi necesidad sincera y apasionada de contar al mundo “mi mundo”, de desafiar las normas establecidas y la percepción del mundo, desde una vivencia subjetiva y por tanto única.

Como puede apreciarse en las muestras que presentamos en la galería de este espacio virtual en Internet, mis obras no tienen rostros definidos y no lo tienen, por una sencilla razón, no lo poseen; ellas combinan sueños y realidades de nuestra época y crean una realidad verdadera. Ellas invitan al espectador a introducirse en esas realidades, casi impenetrables, propias de lo esotérico, en un contexto donde el arte ya no provoca ningún avance social. Ellas ostentan una mirada serena, melancólica quizás y en algunos casos hasta trágica, pero nunca violenta. En la composición, les entrego vitalidad y movimiento de manera equitativa, sin descuidar la preponderancia de la forma ni la conexión entre lo que estoy creando como artista y por qué lo estoy haciendo.

Soy un artista plástico con escaso historial expositivo y ninguna participación en eventos culturales dentro o fuera de mi país, pero con una gran colección de obras creadas. Como cualquier joven creador, acudí a la llamada de la vocación artística y emprendí este viaje incierto, sin saber hacia qué lado se iba a inclinar la balanza del destino, la suerte, el azar o sencillamente, la casualidad de estar en el lugar y el momento preciso. Un viaje que considero fantástico a pesar de las decepciones, pero que yo no elegí; fue la vocación artística la que me eligió a mí y la que me exige una verdadera entrega de mí mismo, ignoro el por qué. Pero algo si sé: que mi compromiso con el arte está en el ser, en dar y poner en mi trabajo todo el cuidado, respeto y amor del que soy capaz.

La creatividad y la expresión artística son importantes para la cultura y la sociedad en general. A menudo, los artistas creamos obras que son subjetivas y pueden ser interpretadas de diferentes maneras por diferentes personas y eso es normal, porque la vocación artística desafía todas las razones y la Razón misma; lo ha hecho a lo largo de los siglos y seguirá haciéndolo, con las peculiaridades de cada época. Yo he buscado en el arte, en las artes plásticas, un encuentro conmigo mismo, con quien soy realmente, y espero que mi actividad en este ámbito del arte me lleve a ser mejor persona. Sin esta meta, para mí, la vida no tendría sentido. El éxito nunca se consigue a la primera, alcanzarlo puede llevarnos quizás más de cien intentos, pero al final sin duda alguna, lo logramos.

Ernesto Mata Viera