QUIEN SOY

Soy un artista plástico emergente, conocido en el universo del Arte urbano en mi país, como 1923, número con el cual me di a conocer realizando obras de arte en la vía pública. No soy más que un observador o espectador de los tantos que componen la humanidad entera, y algunas veces me toca ser creador de algo, a partir del movimiento que se establece entre un repertorio imaginario individual y un repertorio cultural de mi entorno social, sin que por ello renuncie a mi naturaleza de espectador.

Me he creado un espacio para el arte, donde mezclo ambos repertorios, ejercito la pintura y, a partir de símbolos, echo a volar las imágenes que se me ocurren; creo y recreo fábulas en el área visual de las obras terminadas, no para mí, sino para los otros, entre los cuales me incluyo. Crear no es difícil, lo difícil es ponerse a crear con pocos recursos y no morir en el intento, porque crear obras de arte, requiere tener el valor de desprenderse de las certezas.

Tengo 27 años. Nací y vivo en La Habana. Crecí en una familia de artistas plásticos. En un tiempo relativamente corto he logrado articular mi propio lenguaje, marcado básicamente por nuevas expresividades plásticas. Mi obra no se ajusta a pautas preconcebidas en el mercado del arte, ni a preferencias de sectores que marcan el curso de la actividad artística en las artes plásticas. Mis obras exponen circunstancias que corresponden a mi tiempo. Ellas son el resultado de una época y nada más.

Los que me conocen dicen que soy un joven audaz, capaz de lograr lo que se propone, a través de la comunicación visual. Tal vez estén en lo cierto, no lo sé. Pero, en cada pintura, en cada obra, en cada una de las historias que mis pinceles logran desvelar, no hablo de mí; hablo conmigo y con el espectador, y pienso que ese diálogo hace resurgir la riqueza interior, como solamente lo pueden hacer, aquellos que se adentran en el mágico juego de lo imaginario.